viernes, 14 de octubre de 2011

Brasero




¿Enemigo o amigo?

Personalmente no concibo un invierno sin mi mesa camilla, con sus faldas de pañillo y su brasero eléctrico de dos resistencias brindadas con interruptor que te permite seleccionar la potencia. Es una de las maneras de disfrutar de nuestro hogar, dulce hogar. Aunque siempre me hago la misma pregunta, ¿qué gasta más el brasero eléctrico o el acondicionador con bomba de calor de doble AA?
Que duda cabe que el brasero gasta más que el acondicionador con bomba de calor, pero el sistema es distinto. Si pretendemos tener los pies calentitos: mesa camilla y brasero. Si por el contrario tenemos visita, una celebración o tenemos que trabajar en la habitación, no lo dudes “Bomba de calor”.

Para salir de dudas enchufa el brasero vete a ver el contador y verás la velocidad que coge “va como loco” sin embargo con la bomba de calor el consumo es más moderado.

Si compras brasero asegúrate que no tenga más de 900W, si tiene termostato mejor, aunque a veces sea una “castaña” con resistencias blindadas y con reflector de calor.

Pero… ¡cuidado! Se puede convertir en tu peor pesadilla. Todos los años son muchos los incendios provocados por el dichoso brasero. Si tienes niños en casa, lo mejor la bomba de calor. Ya que estamos con niños os diré, doble ¡¡cuidado!! Con el brasero, con enchufes, estufas, aparatos eléctricos, productos tóxicos, etcétera.

Electro consejo.

En la cocina, niños fuera. Pero… como los conocemos, entrarán, así que tendremos cuidado con: lejías, productos de limpieza y demás sustancias tóxicas. No dejar al alcance de los pequeños tijeras, cuchillos, ni otros objetos cortantes.
Importante, siempre que se pueda, instalar el horno en alto, de lo contrario te tocará vigilar al pequeño mientras lo tengas encendido. Los mangos de las sartenes y las asas de ollas y cacerolas, siempre hacia dentro. Y una recomendación especial; doble cuidado con la plancha cuando hay niños pequeños.


Continuará.


® El Profesional




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