- No sé que me pasa, doctor, me toco la cabeza y me
duele, me toco la nariz y me duele, me toco el pie y me duele. ¿Qué tengo?
- El dedo fracturado...
- Doctor, quiero que recomiende algo para que mi marido vuelva a estar como un
toro.
- Bien, desnúdese. Empezaremos por los cuernos.