Sin la cola, no huelen.
¡Demostrado!
¡Comprobado!
¡Comprobado!
Funciona, es… ¡Cierto!
Esta página ha sido la más vista de todo mi Blog e incluso la más copiada por otros
colegas Blogueros. Por esta razón la vuelvo a publicar literalmente.
¡Por
fin podemos comer sardinas y disfrutar de todas sus propiedades nutritivas! Hasta el gran
descubrimiento de la eliminación del olor que dejaba impregnada toda la casa. Nos tenía intimidados a la mayoría que anteponíamos “olor a
necesidad” ya que al ser un pescado azul o graso -posee casi 10 gramos de grasa por cada 100 gramos de carne-
y es muy buena fuente de omega-3, que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos, además de aumentar la fluidez de la sangre, lo que
disminuye el riesgo de arteriosclerosis y trombosis. Por este motivo, es
recomendable el consumo de sardinas y otros pescados azules en enfermedades
cardiovasculares. Su contenido proteico también es elevado. Bien, pues… de nada
servían todas sus bondades hasta el día de hoy que descubrimos que cortándole la cola a la sardina no huele nada al asarla, sí, sí, han leído bien,
“cortándole la cola no huele nada a sardina asada” doy fe de ello. ¡Probad! si
dudas tenéis, probad amigos/as que duda ya no hay.
Electro-Receta:
Corta la cola, limpiarla sin mojar, cortar la cabeza (o dejarla) al gusto, poner sal
gorda y directamente a la plancha.
Riquísimas sin olor “que ricas” ya puedo
comer las que quiera.
Continuará...
® El Profesional
PD.- Si tienes
dudas y necesitas un electro-consejo, entra en comentarios. Explícamelo,
recibirás en breve la respuesta
Insisto
no te lo quedes
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