martes, 12 de junio de 2012

Licuadora


        
 Licuadora. 

        Licuadora, es de esos pequeños aparatos eléctricos, que adquirimos con suma ilusión pensando que será la solución de nuestros males, a veces la compramos por prescripción médica, por recomendación de un familiar o amigo, porque me la ofertó mi banco o caja, porque la vi en un punto caliente de una gran superficie o supermercado, y otras, por iniciativa propia. Sea como fuere la manera que llegó a mi cocina, la verdad, es que después de 15 días, aquí está, bajo mi fregadero un tanto abandonada. “Un trasto más”. Pero… entonces, si esto es así, ¿por qué la compramos?

       Reflexión.- es un aparato seguro, práctico y no muy caro. ¿Entonces, de qué estamos hablando? El gran “problema” es la limpieza. Si antes de comprarla le pides consejo a un profesional, éste sí lo es, te debe advertir de la cantidad de accesorios que hay que desmontar, limpiar, secar y colocar inmediatamente después de hacerte el zumo “diario”, de lo contrario, se secaran los restos de fruta en la rejilla centrifugadora, una especie de tamiz de acero inoxidable y te costará mucho volver a utilizarla. Esta tarea hay que repetirla tantas veces como zumos hagamos.



Continuará



® El Profesional



Electro-consejo.


        Procurad siempre antes de comprar un pequeño electrodoméstico, aseguraros que la marca dispone de un servicio pos-venta en tu zona, tanto si está en garantía como si no lo está.

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